Sinopsis
Todos los días friego la preciosa casa de los Winchester de arriba abajo. Recojo a su hija del colegio y preparo deliciosas comidas para toda la familia antes de subir a cenar sola en mi minúscula habitación del piso superior.Intento no prestar atención a Nina cuando lo ensucia todo simplemente para ver cómo lo limpio. A las extrañas mentiras que cuenta sobre su propia hija. A su marido, que cada día parece más abatido. Pero cuando miro a Andrew a los ojos, castaños, encantadores y llenos de dolor, no me resulta difícil imaginar cómo sería vivir en la piel de Nina. El gran vestidor, el coche de lujo, el esposo perfecto.
Hasta que un día no me resisto a probarme uno de sus maravillosos vestidos blancos. Solo quiero saber qué se siente. Pero ella pronto lo descubre, y cuando me doy cuenta de que la puerta de mi habitación solo se cierra por fuera ya es demasiado tarde.
Algo me reconforta: los Winchester no saben quién soy en realidad.
No saben de lo que soy capaz…
Hasta que un día no me resisto a probarme uno de sus maravillosos vestidos blancos. Solo quiero saber qué se siente. Pero ella pronto lo descubre, y cuando me doy cuenta de que la puerta de mi habitación solo se cierra por fuera ya es demasiado tarde.
Algo me reconforta: los Winchester no saben quién soy en realidad.
No saben de lo que soy capaz…
Fragmento
Si salgo de esta casa, será esposada.
Debería haber puesto tierra de por medio mientras aún estaba a tiempo. Se me ha pasado la oportunidad. Ahora que los agentes de policía se encuentran en la casa y han descubierto lo que les aguardaba en la planta de arriba, no hay vuelta atrás.
Dentro de unos cinco segundos, me leerán mis derechos. No sé muy bien por qué no lo han hecho aún. A lo mejor intentan engañarme para que les cuente algo que no debería.
Ya pueden esperar sentados.
El poli de cabello negro entreverado de gris se ha acomodado junto a mí, en el sofá. Remueve su baja y robusta figura sobre la piel italiana de color caramelo quemado. Me pregunto qué tipo de sofá tendrá en casa. Seguro que no costó una suma de cinco cifras, como este. Apostaría a que es de algún color hortera como el naranja, está cubierto de pelos de mascota y tiene más de un descosido. Me pregunto si estará pensando en el sofá de su casa y lamentándose de no tener uno como este.
O, lo que es más probable, estará pensando en el cuerpo sin vida del desván.
—A ver, repasemos los hechos una vez más —dice el poli, arrastrando las palabras con su acento neoyorquino. Antes me ha dicho cómo se llama, pero se me ha ido de la cabeza. Los agentes de policía deberían llevar chapas identificativas de color rojo chillón. ¿Cómo si no se supone que vas a acordarte de su nombre en una situación de alto estrés? Este es inspector, creo—. ¿Cuándo ha encontrado usted el cadáver?
Me quedo pensando un instante, no muy segura de si es el momento indicado para pedir un abogado. ¿No deberían ofrecerme uno? Ya casi no me acuerdo del protocolo.
Debería haber puesto tierra de por medio mientras aún estaba a tiempo. Se me ha pasado la oportunidad. Ahora que los agentes de policía se encuentran en la casa y han descubierto lo que les aguardaba en la planta de arriba, no hay vuelta atrás.
Dentro de unos cinco segundos, me leerán mis derechos. No sé muy bien por qué no lo han hecho aún. A lo mejor intentan engañarme para que les cuente algo que no debería.
Ya pueden esperar sentados.
El poli de cabello negro entreverado de gris se ha acomodado junto a mí, en el sofá. Remueve su baja y robusta figura sobre la piel italiana de color caramelo quemado. Me pregunto qué tipo de sofá tendrá en casa. Seguro que no costó una suma de cinco cifras, como este. Apostaría a que es de algún color hortera como el naranja, está cubierto de pelos de mascota y tiene más de un descosido. Me pregunto si estará pensando en el sofá de su casa y lamentándose de no tener uno como este.
O, lo que es más probable, estará pensando en el cuerpo sin vida del desván.
—A ver, repasemos los hechos una vez más —dice el poli, arrastrando las palabras con su acento neoyorquino. Antes me ha dicho cómo se llama, pero se me ha ido de la cabeza. Los agentes de policía deberían llevar chapas identificativas de color rojo chillón. ¿Cómo si no se supone que vas a acordarte de su nombre en una situación de alto estrés? Este es inspector, creo—. ¿Cuándo ha encontrado usted el cadáver?
Me quedo pensando un instante, no muy segura de si es el momento indicado para pedir un abogado. ¿No deberían ofrecerme uno? Ya casi no me acuerdo del protocolo.
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