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2 solomillos de cerdo
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4 cebollas
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3 ajos
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1 ramita de romero
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100 ml de miel
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1 cucharada de pimentón dulce
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Aceite
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Sal
- Pimienta

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Precalentamos el horno a 200º. Limpiamos los solomillos, eliminando los restos de grasa que tengan, y los atamos con hilo de cocina. Los salpimentamos y pasamos a una fuente refractaria. Regamos la carne con un chorrito de aceite y añadimos a la fuente 2 ajos pelados y aplastados y el romero lavado. Asamos durante 25 min o hasta que los solomillos estén hechos pero jugosos. Los envolvemos en papel de aluminio y dejamos reposar.
- Pelamos las cebollas, las cortamos en juliana y las doramos en una sartén con un hilo de aceite. Añadimos la miel y proseguimos la cocción hasta que se caramelice. Doramos el ajo restante pelado en una sartén con 100 ml de aceite y, fuera del fuego, añadimos el pimentón y dejamos reposar 10 min, que se aromatice. Retiramos el hilo a la carne, la cortamos en rodajas y las servimos sobre la cebolla, salseadas con un poco de aceite de pimentón.

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Es importante atar la carne con hilo de cocina para que quede bien compacta y mantenga la forma durante la cocción.
- La cebolla hay que rehogarla primero a fuego lento, que suelte sus propios azúcares, y añadir la miel cuando ya esté casi hecha, para que no se queme.
5,0 de 5 estrellas (basado en 2 reseñas)
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